Sabía que no era el momento indicado, pero ya estaba cansada
de que todos los días fuera lo mismo. Decidí que este día acabaría con todo. Tenía
que hacer algo inmediato y que no despertara sospechas entre mis vecinos.
Siempre había añorado con tener esta oportunidad, pero no se había brindado el lugar ni el día
indicado, hasta ahora.
Al llegar de la escuela, salude como siempre a mi padre. Él se encontraba en
el vestíbulo, fumando cigarro y con una
mirada incrédula, solo me dijo que me largara y que lo dejara en Paz. No me
importo en lo más minino y en lo
absoluto. De inmediato me dirigí rumbo a mi recamara con un poco de nervios y
miedo, pero al mismo tiempo creaba un
ambiente de paz y tranquilidad porque me iba a deshacer de mi mayor pesadilla
que me inquietaba de día y noche.
Permanecí en mi habitación sin hacer ruido alguno, esperando
de manera pacífica a que mi padre se fuera a dormir. Mas sin embargo me percate
que ya era la diez de la noche y no había señal de mi padre. Sigilosamente me escabullí a su
cuarto pero no lo encontré.
De inmediato comense
a buscarlo y precisamente lo encontré en la sala, se encontraba recostado sobre un viejo sillón y recargado
sobre una mesilla en la cual, debajo se
encontraba un diario.
Logre quitárselo y pude leer con odio y repudio todo lo que
él había escrito. Con gran aberración tenía
unas ganas inmensas de llorar pero me contuve y no lo hice. Precisamente, mi padre tenía los mismos ideales que yo.
Pretendía acabar conmigo, desde hacía tiempo, había planeado envenenarme con sarín pretendiendo que todo esto
sucedería en dos días antes de mi cumpleaños. Posteriormente mi cuerpo lo
calcinaría y tiraría mis cenizas a la basura ¿tan mala hija fui?, al parecer su
macabro plan tendía a ser un poco aberrante y a la vez irónico que solo me
causaba risa.
Él no tenía ni la más mínima idea de que yo me adelantaría.
De manera fortuita fui por un trapo el cual tenía cloroformo y de manera cautelosa,
me dirigí hacia donde mi padre se encontraba. Me coloque en la parte de atrás y
le coloque el trapo. Tenía una gran fuerza, pero eso no impidió que yo lograra mi
cometido. Se quedó inconsciente y de inmediato fui a mi recamara y sustraje un cuchillo que tenia
escondido desde hacía varios días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario